La utilidad que generan las personas jurídicas que realizan actividad empresarial están gravadas con el IR, con una tasa efectiva de 33%, que se divide en 2 momentos:
- Al momento de su generación con un 29.5% sobre la renta neta imponible[1].
- Al momento de su distribución con un 5%.
Sin embargo, este IR sobre la distribución de utilidades, en realidad son 2 impuestos diferentes, con efectos y bases de cálculos diferentes:
- Impuesto a la distribución DIRECTA de utilidades
a.1. Se aplica a los accionistas cuando son personas naturales o sujetos no domiciliados. No se aplica cuando el accionista es una persona jurídica domiciliada. Esto explica la conveniencia de utilizar “holdings” domiciliados para esquemas de reinversión. En este caso la empresa deber “retener” el 5% en la oportunidad que nace el impuesto.
a.2. Se calcula sobre la “utilidad”[2]. La norma considera diversos momentos para su “distribución”, como es el caso del acuerdo de distribución de dividendos en la junta general de accionistas, desembolso de préstamos a socios, acuerdo de reducción de capital, previa capitalización de utilidades, entre otros. Es importante tener claro que para que haya “distribución” la utilidad debe existir previamente. Si la empresa está en pérdidas no se puede aplicar este impuesto.
a.3. Justifica el incremento patrimonial del socio, es decir, la percepción de utilidades, en cualquiera de las modalidades, es justificación para incremento del patrimonio del socio para fines tributarios[3].
- Impuesto a la distribución INDIRECTA de utilidades
b.1. Se aplica a la misma persona jurídica que genera la renta neta, como una sobretasa del impuesto que le toca pagar, siendo irrelevante la categoría legal de sus accionistas.
b.2. Se aplica sobre cualquier monto de dinero que disponga el dinero de forma tal que no permita posterior control de SUNAT. Se aplicar normalmente sobre gastos no causales, no fehacientes y otros.
b.3. No permite justificar el incremento patrimonial del socio.
[1] Que es la utilidad contable luego de adiciones y deducciones provenientes de la aplicación de las normas tributarias, y la compensación de pérdidas tributaria de ejercicios anteriores
[2] Es decir, no se calcula sobre la RENTA NETA, salvo en el caso de las sucursales y establecimientos permanentes de personas jurídicas no domiciliadas. Recordemos que la RENTA NETA es una ficción tributaria que no puede ser distribuida, ya que sufre alteraciones (adiciones y deducciones) que pueden ser permanentes o temporales. El concepto a ser distribuido es la “utilidad después de impuestos”, salvo la excepción indicada.
[3] Recuerde que si el incremento patrimonial no es justificado se presume que es renta gravada que se suma a la renta de trabajo y renta de fuente extrajera.