En las últimas semanas, veo que se ha intensificado una reacción de indignación por actos de la SUNAT y el Tribunal Fiscal, por parte de empresarios formales que han apostado por el país, que son formales tanto en materia laboral como tributaria (no perfectos, obviamente, quién lo es… en algo). Veo con preocupación cómo se esparce como un cáncer una sensación de incertidumbre (inseguridad jurídica) por interpretaciones de la SUNAT y del Tribunal Fiscal sobre el cumplimiento de las normas tributarias o sobre la responsabilidad frente al fisco. En otros casos veo cómo normas dadas años atrás que fueron propuestas por la SUNAT, que claramente no fueron entendidas por el legislador, a pesar que muchos hicimos las advertencias en su momento, están mostrando sus dientes.
En efecto, los que estamos en el día a día en esta materia sabemos que no son pequeñas las probabilidades que la SUNAT:
- Desconozca deducciones por supuesta falta de realidad o fehaciencia o alguna formalidad (muchas veces no regulada como la legalización de documentos) básicamente porque así le parece al auditor, y claro el contribuyente:
- Aparte de cumplir con TODAS las obligaciones formales: bancarización, comprobante, registros, declaraciones, saltar sobre su pie izquierdo mientras canta el himno al revés[1]…
- Pese a que quien emitió la factura (que puede ser parte del mismo grupo) pagó sus impuestos
- Aparte de todo debo tratar de hacerle creer a alguien (el auditor) que no quiere creerme y va a tomar cualquier “indicio” para usarlo en mi contra, que la operación es real. Ayer, en una teleconferencia con empresas matrices de otros países me preguntaban: “pero qué debo hacer en concreto para no correr este riesgo”, frustrado les tuve que decir no hay prueba absoluta, aun cuando cumplas con lo “razonable” el riesgo sigue ahí.
- Y claro luego en el litigio, cual gladiadores en el circo romano esperamos que el Tribunal Fiscal nos “perdone” la vida con su pulgar arriba o nos la quite bajándolo porque “no le pareció suficiente las pruebas”, pese a todo lo anterior.
 
- Atribuya responsabilidad solidaria a adquirentes de bienes a niveles absurdos. Esta semana recibí una resolución del Tribunal Fiscal que merece una cápsula por sí sola (próxima semana) en que atribuye responsabilidad ilimitada a una empresa que adquirió una cartera de cuentas por cobrar, y desconoció el informe de la SUNAT (claro el Tribunal dice que no tiene por qué seguir dicho criterio) que señala que dicha responsabilidad debe atribuirse cuando el activo le quita capacidad de pago al transferente. Es decir, el Tribunal le da una interpretación literal, lindando en lo absurdo y lanzando un manto de inseguridad sobre un enorme número de transacciones en la economía.
En contraste con todo lo indicado, vemos a una masa de mineros informales e ilegales, que claramente no cumplen con ninguna norma laboral o tributaria (o lo hace de una manera discutible por usar un término suave) no sólo no siendo fiscalizados, sino que se atribuyen el derecho de bloquear carreteras y las pistas de Lima sin ningún tipo de repercusión. Quiero compartir mi frustración y la de miles de contribuyentes formales ante este bizarro contraste entre un SOBREPRESION sobre los formales en que cada día hay algo nuevo que temer de una autoridad que perdió el rumbo hace años y la AUSENCIA de cualquier control sobre personas que abiertamente no sólo evaden impuestos, tienen clara ligazón con actividades ilegales, destrucción del medio ambiente, corrupción, trata de personas, lavado de activos, para empezar.
Por el lado de los formales espero que sea a través del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, y en algún momento a través de la legislación, que se retome una fórmula más lógica de cumplir con las obligaciones:
- si pagué mis tributos, y mis compras son razonables, no nos traten como el enemigo, o como decía Churchill: “como la vaca que hay que ordenar”, la tributación debe ser razonable.
- No pueden extender responsabilidades tributarias a sujetos que no tienen ninguna conexión razonable con la falta de pago de ciertos contribuyentes ¿Porque le compré un terreno, un auto, una cartera de crédito? ¡¡Pero lo pagué!! ¿cuál es tu problema?
Por el lado de esta ilegalidad e informalidad extendida y empoderada, mi esperanza es que en algún momento un aparato estatal honesto, con estrategias casi obvias, por lo menos nos haga creer que las leyes tributarias y laborales no son para algunos distritos de Lima y unas pocas provincias del resto del país, sino para todos.
[1] Sarcasmo.
 
				 
			