Cambio de gobierno, cambio de ministro, cambio de jefe de SUNAT. El nuevo gobierno acaba de nombrar al quinto superintendente en poco más de un año y medio[1]. Aquellos que piensen que es obvio porque el jefe de la SUNAT es un puesto de confianza del Ministro de Economía, se equivocan. La SUNAT debería tener una estabilidad similar a la del BCR, puesto que su inestabilidad es casi tan dañina como lo sería la del BCR. El que no entienda algo tan básico no se da cuenta de lo obvio, pero permítanme recapitular:
- Informalidad e ilegalidad han tomado el 50% de la economía (por lo menos). Casos icónicos como el oro ilegal y el contrabando nos golpean en la cara. No existe plan, estrategia o acción visible sobre estas materias en muchos años. Ante una realidad tan grande y de tanto dinero como el oro ilegal (en 2025 más de US $ 12,000 millones – no, no se me pasó un cero-) o el contrabando de Puno la duda que cabe es ¿la inacción de SUNAT responde a incapacidad funcional, ineficiencia de estrategias o simple corrupción?
 - La formalidad es asediada de una forma exagerada, generando sobrecostos y falta de seguridad jurídica que termina espantando la inversión formal. Me remito a cápsulas anteriores para decenas de ejemplos.
 - La recaudación es una de las más bajas de la región. La presión tributaria de Perú está por debajo del 17% mientras que países de la OCDE están alrededor de 34% y el promedio de Sudamérica está en 23%. Lo contradictorio es que la presión individual del sector formal está MUY por encima de la presión por empresa de Sudamérica y la OCDE.
 - Una duda que trae este cambio ad portas de una elección presidencial y del congreso es: ¿tiene una finalidad política?, porque la SUNAT ha sido y puede ser utilizada como un arma contra adversarios políticos, dado que tiene información como ninguna otra entidad. Esas “filtraciones” que ha hecho a través de distintos medios, hasta donde sé, nunca han sido sancionadas, pese a estar prohibidas por ley. Imagínese lo que puede hacer en medio de una campaña electoral.
 
Cabe indicar que el problema no solo es el corto tiempo de los jefes de la SUNAT, por lo menos hace 20 años (con muy contadas excepciones), las personas nombradas no han sido las adecuadas. La caída de SUNAT se remonta por lo menos a hace 15-20 años. Es por eso que el esquema del BCR es el adecuado para la SUNAT, un directorio de diversas fuentes, equilibrado que le dé un norte a la institución. Esto requiere cambiar la ley, por supuesto, pero es el momento de hacerlo. La SUNAT debe ser una institución que aunque coordine con el Poder Ejecutivo, no debe depender exclusivamente de éste, y el tiempo de duración de este directorio no debe estar amarrado a periodos ni presidenciales, ni ministeriales, como es el caso de la contraloría en que es nombrado por 7 años. ¿Qué opina usted?
[1] Datos provenientes de CHATGPT.